El ZORRO Y LAS GALLINAS

Las gallinas del corral eran atacadas por los lobos que bajaban de la montaña, los cuales se amparaban en la oscuridad de la noche, para devorar a las indefensas gallinas.

El granjero tuvo una brillante ideal, que comentó con su habitual talante a sus vecinos: “Voy a poner al zorro a cuidar a las gallinas, además le autorizaré a negociar con los lobos”.

Dicho y hecho, se presentó en el corral y reunido todo el gallinero, les presentó a su nuevo cuidador: el mismísimo zorro.

A los pocos días, el zorro se dirigió al cubil de los lobos para negociar la nueva situación, que más o menos quedó del siguiente modo: los lobos se quedarían con la mejor zona del corral, en la que todos los días se les pondría comida y bebida, y si alguna vez se quedaban con una gallina entre las fauces, sería un simple accidente.

Este cuento se puede hacer realidad en España en muy poco tiempo.