CINE ESPAÑOL
Aprovechando la reciente entrega de los Premios Goya, se han publicado los últimos datos sobre preferencias y asistencia de espectadores, y más de uno se ha llevado una sorpresa, aunque la verdad sea dicha, el que más y el que menos esperaba esos datos.
Según parece la preferencia por el cine español ha descendido en unos 3 millones de espectadores, cifra que a su vez se ha incrementado en el cine extranjero, especialmente el cine americano.
No han faltado voces, tanto de responsables de la Academia del Cine Español como de artistas, directores, etc., alarmándose por este hecho.
Como simple espectador, lo único que se me ocurre decir es que entre: “La mala educación”, “Torrente”... y películas como “El último Samurai”, “Gladiator” o la francesa “Los chicos del coro”, me quedo con estas últimas.
Desde luego la solución no está en incrementar más las cuantiosas subvenciones que entrega el Ministerio de Cultura (es decir, que somos los contribuyentes los que mantenemos esta industria cinematográfica), sino en poner algo más de calidad y buen gusto en las películas. Además, da la sensación que algunas personas del gremio cinematográfico tienen más interés en hacer política y criticar al cine extranjero, que en buscar la ecuanimidad en sus actuaciones personales y la profesionalidad en su trabajo.
Según parece la preferencia por el cine español ha descendido en unos 3 millones de espectadores, cifra que a su vez se ha incrementado en el cine extranjero, especialmente el cine americano.
No han faltado voces, tanto de responsables de la Academia del Cine Español como de artistas, directores, etc., alarmándose por este hecho.
Como simple espectador, lo único que se me ocurre decir es que entre: “La mala educación”, “Torrente”... y películas como “El último Samurai”, “Gladiator” o la francesa “Los chicos del coro”, me quedo con estas últimas.
Desde luego la solución no está en incrementar más las cuantiosas subvenciones que entrega el Ministerio de Cultura (es decir, que somos los contribuyentes los que mantenemos esta industria cinematográfica), sino en poner algo más de calidad y buen gusto en las películas. Además, da la sensación que algunas personas del gremio cinematográfico tienen más interés en hacer política y criticar al cine extranjero, que en buscar la ecuanimidad en sus actuaciones personales y la profesionalidad en su trabajo.