FALTA DE IGNORANCIA

Los clásicos decían que una persona era sabia, en la medida que al tener más conocimientos, se daba cuenta que era mucho más lo que le quedaba por saber, por lo que era consciente de su ignorancia.

Hoy día nos encontramos con una curiosa paradoja, ya que al recibir tanta información de todo tipo, se piensa que los conocimientos acumulados son tantos, que prácticamente apenas queda nada por saber, y tenemos “expertos” en tertulias, debates, foros...

Pero la realidad es tozuda y por mucho que abunden los sabios en las tiendas de todo a 100, nos queda por saber mucho más de lo que sabemos. Por eso, de lo que tenemos falta es de ignorancia, y sólo desde esa perspectiva podremos avanzar en el saber. Lástima que con la LOE, en lugar de avanzar en la consecución de conocimientos, nuestros jóvenes del siglo XXI no sabrán siquiera que son ignorantes.