BENEDICTO XVI
Uno de los síntomas de que la “Barca de Pedro” va por buen camino, es que sus detractores arremetan contra ella sin descanso, criticando cualquier decisión, acto, documento o declaración que realice la Iglesia. Ya lo dijo Don Quijote a Sancho: “¡Ladran, luego cabalgamos!”.
No olvidemos que su fundador, el propio Jesucristo, fue crucificado por blasfemo, y quienes hicieron esa acusación supieron manipular al pueblo, con mentiras y medias verdades. Estos han sido los maestros de quienes hoy día, utilizan esas mismas argucias, para seguir engañando a la opinión pública, intentando erigirse en paladines de la verdad, siendo la manipulación su única línea de conducta.
Como se suele decir, hay quienes son más papistas que el Papa, y en estos momentos su sectarismo, laicismo y oposición a todo lo católico, les lleva a arrogarse el derecho a creerse en posesión de la verdad, cuando lo único que hacen en servir de marionetas de sus amos, que dicho sea de paso sólo se mueven por interese económicos o ideologías masónicas.
Afortunadamente sólo confunden y desorientan a quienes quieren ser confundidos, pues ya hemos visto estos días, la unidad habida entre las decenas y decenas de millones de personas, que se han echado a la calle o han seguido a través de los medios de comunicación (como demuestran los índices de audiencia) todos los acontecimientos vividos, demostrando afectuosamente su adhesión a Benedicto XVI.
Como dijo aquel: “si ante un minuto de silencio, tú dejas la mente en blanco, no me increpes, porque yo lo llene de padrenuestros y avemarías”, pero ya sabe que hay personas a las que todo molesta.
No olvidemos que su fundador, el propio Jesucristo, fue crucificado por blasfemo, y quienes hicieron esa acusación supieron manipular al pueblo, con mentiras y medias verdades. Estos han sido los maestros de quienes hoy día, utilizan esas mismas argucias, para seguir engañando a la opinión pública, intentando erigirse en paladines de la verdad, siendo la manipulación su única línea de conducta.
Como se suele decir, hay quienes son más papistas que el Papa, y en estos momentos su sectarismo, laicismo y oposición a todo lo católico, les lleva a arrogarse el derecho a creerse en posesión de la verdad, cuando lo único que hacen en servir de marionetas de sus amos, que dicho sea de paso sólo se mueven por interese económicos o ideologías masónicas.
Afortunadamente sólo confunden y desorientan a quienes quieren ser confundidos, pues ya hemos visto estos días, la unidad habida entre las decenas y decenas de millones de personas, que se han echado a la calle o han seguido a través de los medios de comunicación (como demuestran los índices de audiencia) todos los acontecimientos vividos, demostrando afectuosamente su adhesión a Benedicto XVI.
Como dijo aquel: “si ante un minuto de silencio, tú dejas la mente en blanco, no me increpes, porque yo lo llene de padrenuestros y avemarías”, pero ya sabe que hay personas a las que todo molesta.
2 Comments:
At 10:14 AM, Anonymous said…
Estoy muy de acuerdo, hay algunos periodistas que cuando informan sobre cualquier cosa que tenga que ver con la religión católica, se vuelven intolerantes y poco objetivos.
María Carmen Bustos - Badajoz
At 8:59 AM, Anonymous said…
Como siempre sucede, son pocos los que hacen ruido, pero la mayoría está con su presencia, llena de esperanza y optimismo en este nuevo pontificado.
José María R. - Cantabria
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