RODEADOS POR LA PUBLICIDAD
Hoy día se suele comentar, con más o menos gracia, que entre anuncios de televisión, si tienes paciencia puedes ver una película, eso sí, sabiendo que acabará a las tantas y ese día dormirás más bien poco.
Para “engatusarnos” con tanta publicidad, los distintos presentadores suelen recurrir a frases como: “y ahora unos pequeños cortes publicitarios” (nos engañan), “no se les ocurra cambiar de canal” (nos amenazan), “les dejo con unos consejos publicitarios” (se proclaman consejeros), “aprovechen para ir al servicio” (hacen de médicos), “a la vuelta de publicidad les tengo una sorpresa” (nos toman por tontos) y otras frases parecidas, con el único objetivo de no perder esa ansiada audiencia, por la que son capaces de hacer cualquier cosa.
Todo esto nos puede resultar divertido, pero donde no debemos consentir este atropello, es en lo referente a la manipulación que reciben los niños.
En el número de febrero de 2005 de la revista Compra Maestra, editada por la Organización de Consumidores y Usuarios, aparece un interesante estudio, del que se refleja que los niños ven en nuestro país, cerca de 100 anuncios diarios por televisión.
De hecho, muchos anuncios están dirigidos directamente a ellos, pues los publicistas y comerciantes saben que este es un público sobre el que se incide con bastante facilidad, al ser más vulnerable e influenciable.
Según este estudio el 25 % de los anuncios emitidos corresponde a productos alimenticios: dulces, cereales azucarados, refrescos, aperitivos salados y comida rápida, es decir “alimentos que todos los especialistas identifican como responsables de la alimentación desequilibrada de los niños de hoy”.
Si a esto unimos que cerca del 70 % de los anuncios utilizan regalos para su venta, más del 40 % se atribuyen propiedades que no son reales y un 16 % emplean a padres o profesores en la ficción del spot, nos encontramos con una flagrante vulneración de la normativa vigente.
Dicho esto, y ante el silencio de la Administración Pública frente a este tipo de publicidad, los padres deben ser conscientes del bombardeo continuo que sufren sus hijos, poniendo los medios adecuados para evitar esta negativa influencia en su labor educativa.
Para “engatusarnos” con tanta publicidad, los distintos presentadores suelen recurrir a frases como: “y ahora unos pequeños cortes publicitarios” (nos engañan), “no se les ocurra cambiar de canal” (nos amenazan), “les dejo con unos consejos publicitarios” (se proclaman consejeros), “aprovechen para ir al servicio” (hacen de médicos), “a la vuelta de publicidad les tengo una sorpresa” (nos toman por tontos) y otras frases parecidas, con el único objetivo de no perder esa ansiada audiencia, por la que son capaces de hacer cualquier cosa.
Todo esto nos puede resultar divertido, pero donde no debemos consentir este atropello, es en lo referente a la manipulación que reciben los niños.
En el número de febrero de 2005 de la revista Compra Maestra, editada por la Organización de Consumidores y Usuarios, aparece un interesante estudio, del que se refleja que los niños ven en nuestro país, cerca de 100 anuncios diarios por televisión.
De hecho, muchos anuncios están dirigidos directamente a ellos, pues los publicistas y comerciantes saben que este es un público sobre el que se incide con bastante facilidad, al ser más vulnerable e influenciable.
Según este estudio el 25 % de los anuncios emitidos corresponde a productos alimenticios: dulces, cereales azucarados, refrescos, aperitivos salados y comida rápida, es decir “alimentos que todos los especialistas identifican como responsables de la alimentación desequilibrada de los niños de hoy”.
Si a esto unimos que cerca del 70 % de los anuncios utilizan regalos para su venta, más del 40 % se atribuyen propiedades que no son reales y un 16 % emplean a padres o profesores en la ficción del spot, nos encontramos con una flagrante vulneración de la normativa vigente.
Dicho esto, y ante el silencio de la Administración Pública frente a este tipo de publicidad, los padres deben ser conscientes del bombardeo continuo que sufren sus hijos, poniendo los medios adecuados para evitar esta negativa influencia en su labor educativa.
1 Comments:
At 9:11 AM, Anonymous said…
Los niños son los seres más desprotegidos, y es una pena que la publicidad (la mayoría de las veces) sólo les tenga en cuenta para sus intereses.
Raúl de la Torre - Valencia
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