FORO XXI

Este Blog sirve como medio de comunicación y debate, en todos aquellos asuntos que requieren la atención del hombre y de la mujer del siglo XXI. Los comentarios que se viertan en las distintas cuestiones abordadas, respetando siempre a las personas que los hagan, servirán para el enriquecimiento de todos. Se pondrán los medios necesarios, para que los diversos idiomas de los participantes, no sean obstáculo para conseguir la mayor difusión de estos coloquios.

Thursday, July 01, 2004

APRENDER DEL PASADO PARA MEJORAR EL FUTURO

En estos últimos años los cambios tecnológicos se han producido a tal ritmo, que cada vez es más difícil estar al día en el manejo y conocimiento de todo lo que estos avances han puesto en nuestras manos.

Pero no solamente estamos asistiendo a estos inimaginables cambios en nuestras vidas, sino que muchos “expertos” en psicología, educación, sociología, etc., no se cuestionan la vida de las nuevas generaciones sin estos cambios espectaculares, es más, no entienden como las generaciones de los años 70 y 80 hemos podido sobrevivir sin la ayuda imprescindible de todo lo que ahora tenemos.

Uno echa a volar su imaginación sobre como vivimos aquellos años y efectivamente parece que hemos llegado al día de hoy de milagro pues no teníamos ni cascos ni rodilleras protectoras para montar en bicicleta, y además construíamos patinetes con tablas de madera y rodamientos sin más freno que nuestras “playeras Tórtola” (¡cuantos traumas por no disponer de las carísimas zapatillas de ahora!).

Nuestros padres no podían llamarnos a través de los teléfonos móviles (pobrecillos no sabían la de juegos y mensajes que se pueden tener en una hora) y se contentaban con el comentario de un vecino: “he visto a tu chico y al mío, jugando al fútbol en la esquina”. Podíamos subirnos a los árboles (todavía no eran especie protegida), y si nos caíamos, íbamos orgullosos a casa para que nuestra madre nos curara la herida, al tiempo de decirnos que tuviéramos cuidado la próxima vez, pero no se la ocurría demandar al Ayuntamiento, pidiendo una suculenta cantidad por la “grave negligencia” cometida al no señalizar el peligro que supone subirse a un árbol.

Podíamos beber agua de las mangueras, ahora en cambio tienes para elegir 20 tipos de agua mineral (con gas, sin gas, con sodio, sin cal...) para cuidar tu flora intestinal. Antes el campo no era un elemento de lujo, y podíamos ver vacas, conejos, burros..., el otro día me decía un chico de 10 años: “¿qué es un burro?”, y le dije: “no te preocupes eso es del pasado, tú céntrate en el progreso, lo importante es que sepas que es un bit.

Podíamos comer de todo y no eran tan frecuentes los problemas de sobrepeso, pero ¡que atraso hemos tenido al no disponer de todo tipo de bollos industriales y “chuches” con sus edulcorantes, colorantes, estabilizantes..., que han puesto al colesterol infantil al frente de los riesgos cardiovasculares, pero no pasa nada con las actividades deportivas extraescolares se soluciona todo, después del colegio pueden dedicar 2 horas a tenis, natación, judo, fútbol, baloncesto, karate, hípica, golf... y si no es suficiente se añade 1 hora más de inglés, informática, chino..., el caso es tener ocupado al niño, que en casa está muy pesado y no están los padres para aguantar a la criatura.

Y que decir de las Nintendos, Playstations, videojuegos de todo tipo, Internet, miles de canales de televisión, DVD, etc., hoy los jóvenes no son nadie si no disponen de estos aparatos, así que por esa misma regla de tres en nuestra época debíamos ser la generación pérdida, pues como mucho teníamos un televisor en blanco y negro (la familia que podía permitírselo), ahora si no tienes un televisor en el garaje, otro en la cocina, uno más en el cuarto de baño, en la habitación y un “megatelevisor panorámico” en la sala de estar, parece que te falta algo, y encima el niño va y te dice: “papá no se que me pasa, pero me cuesta mucho concentrarme”.

En lo referente al colegio, teníamos un carencia insoslayable pues no disponíamos de Departamento de Orientación-Psicológico-Recuperativo-Tutorial-Logopediático, sólo teníamos al maestro que nos recibía con la mejor de sus sonrisas y nunca oímos hablar del fracaso escolar. Ahora que recuerdo, si me pilla en estos días, hubiera denunciado por malos tratos al profe de Mate por el capón que me dio por hacerle burla (también es verdad que mi padre me dio dos cachetes cuando se enteró del suceso, pero también le hubiera denunciado ahora).

Cuando nos acostábamos, nuestra madre nos recordaba que rezáramos nuestras oraciones, sin el temor a que la tacharan sus vecinas de intolerante por meterse en la intimidad de nuestras vidas. Además nuestros padres estaban muy felices de bautizarnos, lo cual suponía también una fiesta familiar a la que acudían los abuelos, tíos, primos..., pero ahora impera el individualismo racionalista, y se acuña la frase de “que elijan ellos cuando sean mayores”, a este paso a los bebés habrá que hacerles un test post-nacimiento en el que habrán de contestar preguntas como: prefieres leche materna, de vaca o de oveja, deseas chupete o te conformas con el dedo gordo de tu mano, la cuna debe ser de madera o metálica,...y así hasta 1000 preguntas, para que cuando ese hijo “sea mayor” no señale a sus padres, diciéndoles: “en mis primeros años de vida he tenido que soportar vuestras decisiones antidemocráticas”.

Y no hablo del azote que se da a los recién nacidos, pues ha llegado a mis oídos que la Comisión de Derechos Humanos se ha puesto a estudiar el caso, al tiempo de dejar para otra ocasión el estudio de los miles de niños que nunca recibirán ese azotito, ya que no han sido deseados por sus padres y por tanto no merecen vivir, por lo que han sido abortados (perdón, quise decir interrupción voluntaria del embarazo, no sea que se ofendan esos padres que comparan a su hijo con un refresco que se toma según sus apetencia).

De todas formas, tan tontos no debimos ser, pues todos estos avances, innovaciones y mejoras son debidos a las personas que compartimos esa generación, y a pesar de nuestra ignorancia y palpables carencias, algo hemos hecho.

En fin, nos faltaron muchas cosas, es verdad, pero en cambio estábamos sobrados de otras: ilusión, esperanza, responsabilidades, cariño de nuestros padres y hermanos...y sobre todo de amigos, con los que compartíamos tantas cosas, algo de lo que carecen muchos jóvenes de hoy, al sustituirlos por horas frente al televisor o al ordenador, eso si, siempre les quedará el “consuelo sucedáneo” de haber estado chateando por esas redes que cubren todo el ancho mundo.

Incluso algunos jóvenes de nuestros días, nos ganan en tener dos padres y dos madres, bueno la realidad es que dos de ellos son postizos, pero lo que importa es que el día de Reyes y el del cumpleaños, se tienen dobles regalos... y el posible hermanito es canjeado por una mascota, un viaje a Disneylandia o una moto, dependiendo del poder adquisitivo del nuevo novio de mamá.

En nombre de esa generación perdida y abandonada, gracias a todas las madres y padres, por haber sido como fuisteis y habernos permitido que estemos hoy aquí para poder decíroslo.

1 Comments:

  • At 7:32 AM, Anonymous Anonymous said…

    Esa comparativa que haces Joseja no solo esta dentro del orden cronologico, no solo es del orden de tiempo de la generación de nuestros papas y la de nuestros hijos. En la actualidad tambien se ve eso. En una comparación geografica.

    Te digo porque algunas veces perdemos de vista la refenvia universal en la que vivimos, del mundo y nos olvidamos que todo eso que dices solo se da en una minoria de mundo. Todavia hay muchas partes de mundo, (3er mundo) donde los niños no tienen playstation, ni ordenadores, ni tantas cosas, y aun así son mas felices y tienen menos traumas que los niños que lo tienen todo. Tambien tienen sus cosas por supuesto como tu y tus papas tambien las tuvieron.

    Desde el pequeño prisma que Dios me ha dado para ver el mundo, en los Andes, en Cusco, veo gente que vive en la Sierra, que algunos no tienen agua ni luz,¿?, no tienen obesidad infantil, ni muchas otras cosas y ademas viven en familias numerosas, (hay un dicho quechua que dice que Dios bendice las ollas grandes).

    En conclusión afirmarme en tu moraleja que no necesitamos tanto para ser felices, si no que nos necesitamos para ser felices pero que esa comparación no solo es generacional sino tambien geografica.

    Gracias.
    Perdonen, por lo mal que lo hago, pero yo sigo.

     

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