FRACASO EDUCACIONAL
Según los últimos datos, referentes a la educación en España (Informe PISA 2003 y OCDE 2005), el porcentaje de alumnos que no acaba la Enseñanza Secundaria Obligatoria (16 años) en nuestro país, se sitúa entorno al 30 %.
Es innegable que este alto porcentaje de fracaso escolar, debería hacer reflexionar, tanto a los responsables políticos, como a todos aquellos que nos dedicamos a la enseñanza, pero lamentablemente a los primeros parece que esto no les preocupa (en más de un país occidental, el Ministro de Educación ya habría dimitido).
Lo cierto es que habría que hablar del “fracaso educacional” más que del “fracaso escolar”, pues este sólo se centra en el rendimiento académico, mientras que el “educacional”es mucho más amplio, abarcando otros aspectos de indudable importancia para la formación de los alumnos. Menos mal que no se ha calculado el porcentaje de este tipo de fracaso, pues seguramente sería mucho más alto.
No podemos olvidar que educar es formar el uso de la recta razón y de la voluntad, favoreciendo responsable y libremente la madurez natural de la persona. Y esto es algo que no acaba de entender quien observa la educación desde una posición sectaria y partidista.
Es innegable que este alto porcentaje de fracaso escolar, debería hacer reflexionar, tanto a los responsables políticos, como a todos aquellos que nos dedicamos a la enseñanza, pero lamentablemente a los primeros parece que esto no les preocupa (en más de un país occidental, el Ministro de Educación ya habría dimitido).
Lo cierto es que habría que hablar del “fracaso educacional” más que del “fracaso escolar”, pues este sólo se centra en el rendimiento académico, mientras que el “educacional”es mucho más amplio, abarcando otros aspectos de indudable importancia para la formación de los alumnos. Menos mal que no se ha calculado el porcentaje de este tipo de fracaso, pues seguramente sería mucho más alto.
No podemos olvidar que educar es formar el uso de la recta razón y de la voluntad, favoreciendo responsable y libremente la madurez natural de la persona. Y esto es algo que no acaba de entender quien observa la educación desde una posición sectaria y partidista.