TRABAJO Y FAMILIA

Aprovechando las manifestaciones habidas el 1 de mayo, convocadas por las fuerzas sindicales, me permito sugerirles algunas consideraciones, dentro de sus programas, en defensa del trabajador.

Si bien aplaudo y aliento sus peticiones para la consecución de unas mejores condiciones de trabajo, sin discriminación de sexo y raza, además de unas claras garantías de seguridad laboral, me parece que algunos sindicatos deberían actualizar sus planteamientos, pues siguen anclados en una rancia y trasnochada lucha de clases entre patronos y obreros.

En la sociedad del siglo XXI se precisa un cambio en el mundo laboral, que permita una adecuada relación trabajo-familia, facilitando permisos de maternidad más generosos, sin merma de salario, y en cada caso con la flexibilidad más acorde con la situación de esa familia.

También se necesita que las ayudas a la familia (especialmente a las familias numerosas) estén a la altura de nuestros vecinos europeos. En este aspecto se echa en falta la “presión” sindical, quizás por dedicar su tiempo a otras cuestiones.

Esperemos que nuestros políticos tomen nota de todo esto, de cara a las próximas elecciones.