FORO XXI

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Thursday, July 22, 2010

VALORES EDUCATIVOS DEL DEPORTE Y SELECCIÓN ESPAÑOLA DE FÚTBOL

Aprovechando todo lo sucedido en el pasado Mundial de Fútbol, celebrado en Sudáfrica y ganado por la selección española con todo merecimiento, voy a realizar algunas reflexiones que nos sirvan para aplicar a la labor educativa que realizan los padres, y en la que colaboramos los que nos dedicamos profesionalmente a esta apasionante tarea.

El ámbito deportivo, en este caso el fútbol, presenta una serie de aspectos, muy aprovechables en la educación, como proceso de madurez y desarrollo personal.

En primer lugar destaco la entrega y el esfuerzo de los jugadores de la selección, sin desmerecer el trabajo de los jugadores de otras selecciones, que durante el mes que ha durado el Mundial (más los días de concentración previos a la competición) pusieron todo de su parte. Pudimos observar el trabajo diario de los entrenamientos, que tenía su reflejo en los partidos jugados. Si esto lo trasladamos a la labor docente, a los alumnos hay que transmitirles que más que un expediente intachable, lo que deben conseguir es un hábito de estudio y trabajo, que les permitirá mejorar como personas, tanto en el ámbito profesional como en el de los valores.

El primer partido se perdió contra Suiza, lo cual desencadenó numerosas críticas sobre el juego desarrollado, también hubo quien puso en duda la capacidad del entrenador y de algún jugador. A veces nos encontramos con alumnos que se vienen abajo tras el mal resultado de un examen o al no entender un tema determinado, y hay que hacerles ver que de esa situación deben sacar experiencia, motivándoles para que entiendan que son capaces de superarse, compaginando esfuerzo y optimismo.

Tras la lógica decepción, los jugadores y el resto del equipo con el entrenador a la cabeza, hicieron piña y siguieron trabajando, sin entrar a valorar las críticas recibidas. Los alumnos deben aprender a ganar y a perder, a dar las gracias, a pedir perdón y a tantas pequeñas cosas, que de pequeñas no tienen nada, pues facilitan una grata convivencia y a ellos les hará mejores personas.

En las ruedas de prensa, Vicente del Bosque no tuvo ni un mal gesto, ni un reproche a quienes les criticaron en un primer momento. Cuando se fueron ganando los siguientes partidos, no se apropió del éxito, sino que resaltó la labor de los anteriores entrenadores, de los jugadores y del resto del equipo. Nunca menospreció a los rivales, al contrario, siempre supo encontrar frases amables y cordiales para referirse a los integrantes de los equipos rivales y al buen nivel de su juego. En primer lugar los padres, y los que nos dedicamos a la educación, tenemos que educar principalmente con el ejemplo, procurando poner cariño, trabajo y dedicación en nuestra labor.

A veces se puede achacar que los resultados deportivos van de la mano de los presupuestos económicos, es decir que los logros son proporcionales a la inversión realizada, pero no siempre es así, pues detrás de cada jugador hay una motivación intrínseca que saca lo mejor de cada persona. Al igual sucede en educación, pues los resultados no dependen proporcionalmente del presupuesto asignado a educación por un país o un determinado colegio, sino que tiene unas variables más consistentes: formación del profesorado, planes de estudio adecuados, implicación de las familias, exigencia y esfuerzo de los alumnos, etc.

En el palco estuvieron las más altas personalidades: la Reina, los Príncipes de Asturias, el Secretario de Estado para el Deporte, etc., su presencia indicaba cercanía, apoyo y aliento, tanto para los jugadores como para la afición. En el proceso educativo no se pueden desentender los padres, ya que a ellos les corresponde el papel más destacado, luego estamos los profesores y educadores, ocupando el lugar que los alumnos esperan, pues no podemos fallarles.

Por último, hay que hacer mención a la afición española, aunque esto no quiere decir que esté en último lugar sino todo lo contrario, ya que ha sabido poner la ilusión, el colorido, el calor, la alegría, el ambiente y el saber estar que este Campeonato merecía. Nunca se vino abajo, y a pesar de la lógica decepción del primer partido, han sabido estar con la selección en todo momento. Las imágenes del recorrido de la selección española por las calles de Madrid hablan por si solas. En el proceso educativo los resultados académicos son un indicador, pero hay otros indicadores a los que hay que acudir, para comprobar que vamos bien, pues una persona es mucho más que un ocho en Matemáticas.

Además se puede decir que gracias a la afición se ha recuperado nuestra verdadera imagen corporativa y una de nuestras señas de identidad: la bandera nacional. Nuestro mejor marketing se refleja en lo que todos hemos coreado con un sano orgullo (que además no era utilizado como motivo de separación de quien no lo era, sino que indicaba una entrañable unidad, tan es así que también lo han coreado personas de otros países): soy español, español, español.

Con la consecución de este título, la selección española entra en la historia de los Mundiales de Fútbol por la puerta grande, pero no nos engañemos, pues no siempre lo que viene en los libros de Historia es lo que debemos saber, muchas veces hay pequeñas historias que merecen ser recordadas de padres a hijos, y en este caso tengo la impresión que lo sucedido no será olvidado. La vida de una persona está tejida de muchos y pequeños sucesos, de continuos ejemplos y esfuerzos cotidianos, por eso cuando pasan los años recordamos con emoción a nuestros padres, a nuestros profesores, a un hermano mayor, a ese compañero que nos echó una mano… Somos simples personas y necesitamos de los demás, por eso el éxito y el fracaso no deben valorarse por la utilidad del momento, sino que debemos valorarlos desde una perspectiva mucho más profunda y enriquecedora.