CEGUERA PERSISTENTE
Dice un conocido refrán que: “no hay más ciego que el que no quiere ver”, y esto es precisamente lo que le está sucedido al Presidente Zapatero – y a todos los que le siguen y jalean-, con referencia a su proceso de paz, ante el que no ha dudado en negociar con ETA.
Si las víctimas del terrorismo salen a la calle para decirle que no negocie en su nombre, simplemente las desprecia, mirando para otro lado.
Si un preso terrorista amenaza a un juez y se pone a dieta, manifiesta que la justicia debe mostrar su mejor talante con este “buen chico”.
Si los etarras roban trescientas pistolas, increpa con severidad a los medios de comunicación que lo han publicado, pues entorpecen su proceso de paz.
Si divide al Parlamento Europeo al buscar respaldo a su propuesta, sonríe burlonamente con la victoria conseguida, pero lamentablemente quienes siguen saliendo victoriosos son los asesinos etarras, mientras las víctimas son cada vez más víctimas, tanto las producidas por los atentados terroristas como las de cualquier ciudadano de bien.